Cuatro, no cuatro cervezas, no cuatro números, no cuatro peros o cuatro noticias. Tampoco es el salto de la cabra, ni voy a tocar la trompeta en la calle y después pedir, ni voy a encomiar el mundo del circo que bien se lo merecería. No, nada de eso, ¡cuatro días no laborables!, sólo celebro y me sorprendo de los cuatros días de puente, fuera trabajo. Horarios y actividades a mi libre albedrío. Despertar y salir a la terraza, respirar el aire cálido de la mañana sabiendo que el ritmo y el tempo lo pongo yo. Cómo no lo voy a gritar y saltar, ¡alehop, feliz puente a todos!
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