Ayer, vi lo que denominan un debate en televisión. Y digo conscientemente 'denominan'; por instantes, el escenario obedeció más al cuadrilátero de combate y cacareo de gallos de pelea que a lo pretendido, un debate. El tema la crisis institucional, el fraude de los eres, la monarquía. No todos tratados por los mismos tertulianos. Me llamó la atención, la entrevista y participación de Alberto Garzón. uno de los líderes de IU y el diputado más joven en el Congreso. Esta versaba sobre la crisis, justificada por la edición del último libro del político, 'La gran estafa', parte de markerting. Dejémoslo es lícito y vayamos al asunto principal, si nos están vendiendo una crisis donde, tal vez, se pueda hablar de una gran estafa.
Y, me pregunto, ¿hemos sobrepasado las reglas del juego?, ¿cuales son las reglas si consideramos que todavía existen algunas y las respetamos?, ¿de no existir o respetarlas sabemos cuales queremos?.
Estoy de acuerdo, en que en todo período de crisis se alimentan y crecen los pensamientos, ideas y actuaciones más bajas del espectro humano, aquellas que las situaciones límites hacen deplorablemente emerger como nunca, antes agazapadas a la espera de momentos como los que vivimos que posibiliten la siembra de semillas contaminadas y podridas, aunque también, gracias al mismo ser humano, de otras mejores y de mayor fortaleza y espíritu positivo. Por tanto, partiendo de esto, entiendo la perspectiva de gran estafa anidada posiblemente en algunas esferas de nuestra sociedad española y la mundial, ambas globalizadas. Pero, ¿qué esferas, sólo las altas?.
Con lo que no estoy conforme, o poseo amplias dudas, es con la afirmación que la crisis derive exclusivamente en una gran estafa o signifique de nuevo una guerra de clases. Cuestión que afirmó y tiene bastante clara nuestro joven diputado. Puede aparentar que sí, lo asumo y confirmo. Sin embargo, se me antoja una aseveración muy simplista reducirlo al concepto de estafa y de clases, para mí es mucho más complejo. La crisis, es real y no sólo orquestada. Existe una profunda crisis de valores individuales y sociales, más que de clases. Razones, que acuden a mi cabeza para no creerlo, varias; no obstante, resumiéndolo de forma genérica, pienso que estafa hay en todas las clases y niveles de la sociedad. No sólo perpetradas por la clase dirigente o rica, evidentemente, no lo voy a negar, en estas más obvio e impactante, sino asimismo, por cualquier ciudadano de a pie, ciudadano que, por otra parte, puede ser mañana de la clase dirigente o rica . Y, señores, cada actuación individual por grande o pequeño que sea su impacto final, es un grano de trigo de la barra de pan completa. Claro, apela en su disertación, Garzón, a la colectividad, no lo voy a obviar, pero, ¿qué es la colectividad sino la conciencia única de la suma de cada una de las individuales?. Remito al post 'Costumbre o ley'.
Con él estoy, en su frase de que 'asistimos a un cambio de modelo de sociedad'. Sí, creo, en este punto, atinó en la diana. Dentro de la época de transicción que la historia nos ha deparado a varias generaciones existentes, y posiblemente a algunas posteriores, somos los actores principales de un enorme cambio de valores globales que determinará un nuevo modelo social, y como él, en la esperanza de más justo e igualitario que preserve el respeto y ayuda al otro. Precisamente esto, no tiene nada que ver con las clases, sí, con los valores humanos y a cuáles demos prioridad. Ahora no gobierna una clase dirigente específica, sino algo que desde muchos siglos atras hemos priorizado y acabado por asignar un valor intríseco que a pesar de ser virtual por tanto afianzarlo no deja de ser ya real, el dinero. En torno, a él hemos creado todo un marco macroeconómico y sistema financiero para que el nuevo dios maneje a su antojo. Efectivamente, como el Rey absoluto que es, se rodea de sus cortesanos, aquellos que mejor se adapten a sus complacencias y caprichos, sean de la clase que sean.
Yo, no quiero ser igual a otro, deseo y exijo igualdad de oportunidades y derechos y ansío preservar la aportación y riqueza de mis diferencias con el otro. El nuevo modelo social, necesito que termine y empiece sin hablar del denostado concepto de clases y del endiosado por todos y cada uno de nosotros, dinero. Y, concluyo con las mismas preguntas,
¿hemos sobrepasado las reglas del juego?, ¿cuales son las reglas si consideramos que todavía existen algunas y las respetamos?, ¿de no existir o respetarlas sabemos cuales queremos?.
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