martes, 18 de junio de 2013

La realidad de un sueño: Introducción.

   Escribir para mi, significa mucho. Exteriorizar sentimientos, expresar pensamientos, jugar con las palabras y crear algo estético y bello. Denunciar, provocar, comprometerse, implicarse con y para la vida. O, sencillamente, pasear y describir lo que en ella ves, vives o te cuentan. El aspecto lúdico del verbo, del lenguaje se me asemeja a un infinito galimatías del cual ni el mismo que lo ejecuta sabe el impacto final de su creación. Recuerdo en mis estudios, los comentarios de textos. Eran teóricas reflexiones sobre lo que los escritores habían querido transmitir de forma consciente o no y cómo. La de vueltas que dimos al vocablo 'noria' y lo que significaba para Machado. Todo contextualizado en distintos escritos y momentos del autor.
   En aquellos años, mi mente se abstraía e iniciaba su propio viaje imaginativo. Intentaba ponerme en la piel y cabeza del que correspondiese. Por respuesta, habitualmente, presuponía la sonrisa, cuando no la carcajada, del escritor. Seguro sería más sencillo y la complejidad o riqueza era producto en gran medida de lo que generaba en el lector. Lo escrito una vez plasmado y lanzado sobre el papel o, ahora,  a traves de pantallas digitales, es totalmente autónomo e independiente. Nace de un padre, su responsable, pero pervive a él, se desgaja de él y pertenece al que lo lee. Pretender sacar una radiografía exacta de su creador, es pretender crearlo de nuevo y eso es imposible, es complicarlo. Aunque su intento sea lícito y parte de la magia de escribir y sus efectos.
   Por poner un ejemplo. Un día, aburrida en clase, en un aula con grandes ventanales y antiguas puertas de madera. En semioscuridad porque se proyectaban diapositivas, me subyugó la vision del haz de luz que penetraba por sus rendijas. Me dejé llevar y cogí bolígrafo y cuaderno. Pues bien, describí las sensaciones del instante. Las interpretaciones de quiénes posteriormente lo leyeron, me hicieron sonreír. Eran, inclusive, más enriquecedoras que lo sentido y motivado para hacerlo. Me emplazó a lo que ya pensé en algún comentario de texto y a mi sonrisa cómplice con el poeta o narrador.
   En este punto y con esta pequeña disgresión, os invito a leer los post que iré redactando con la etiqueta 'la realidad de un sueño'. Breves relatos de un cuento de mi imaginación. Retornando mi mente, en lo que pueda, a sus rincones más pueriles e infantiles. Y si sirve para algo más que un buen rato, será gracias a vosotros.

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