lunes, 4 de marzo de 2013

La historia de Pedro III, Roma.

Se enciende la luz, Pedro y Argoantonio sentados en el salón. Alguien aparece en la entrada quebrando el silencio creado entre los dos.

     - ¡Desde luego, Pedro, aún no entiendes nada!. Los cambios no son totales ni radicales, sino como tu bien has dicho un devenir, una transformación continua llena de enriquecimiento.
     - Tu, tu eres romano, ¡inconfundible con tu toga praetexta!
     - ¿Qué sabes del pueblo romano?
     
Contento de empezar a reconocer a quien se presenta, se levanta.

     - ¡Cantidad de cosas!, se os estudia bastante, ¿¡sabes!?. Sé que sois uno de los sustratos culturales que más determináis nuestra forma de vida: nos cedisteis todo el amplio bagaje de la cultura latina, fundasteis las ciudades con calzadas y os debemos el trazado de las primeras carreteras. ¡Ah, y claro, vuestra lengua desde entonces madre de la nuestra!.
     - Cierto. Nos encontramos con una tierra rica y próspera a la que aportamos importantes conocimientos técnicos y culturales. ¡Fíjate hasta construimos un monte en Roma a base de jarrones de cerámica de esta tierra!
     - Y, nosotros, no nos limitamos a acoger pasivamente esos conocimientos sino que de aquí nacieron hombres tan relevantes para tu imperio como la la familia Séneca, emperadores como Adriano y Trajano ..., aunque creo que en Andalucía ...

Se interrumpe, no termina la frase porque el romano, enfadado y con un gesto seco, le hace callar. 

     - ¡Andalucía!.... No, nosotros no conocimos ningún pueblo que llevara ese nombre.

Disimula su desconcierto ante esta reacción, busca en su memoria, en aquel tiempo tenía otro nombre, recuerda,

     - Bueno...,hombre, la llamabais (dudando)... la..., la Bética, ¡eso, la Bética!
     - Así es, muy bien.

De repente, a lo lejos se oyen sonidos de cornetas y estruendos de fuertes golpes, en tromba entran unos guerreros. Pedro se acongoja y , poco a poco, reacciona contrariado por tanto bullicio.

     - Pero, qué..,¿¡qué pasa!?.
     - Mi pueblo fue el que llamó a tu tierra 'Vandalusia'.

El orgullo del tono del vándalo, impacta duramente en el romano que se dirige hacia el despectivo.

     - Las invasiones de bárbaros como éste resquebrajaron mi imperio.
     - Tienes razón, romano. Pero, tu caída no se debe a los nuestros, es por tus propios problemas internos.

Cansado ya y en un intento de apaciguar los ánimos de ambos, el joven interviene.

     - No me liéis, ahora, ¿quiénes sois vosotros?
     - Somos vándalos, pertenezco a lo que gente, como este, han dado en denominar pueblos bárbaros.
     - ¿¡Estuvisteis en Andalucía!?
     - ¡Por supuesto!, aunque por tan corto período que apenas si nos dio para ponerle su nombre, sobre nosotros vencieron los visigodos.
    
                                         (continuará..., leer más)
                                        

      

3 comentarios:

  1. Muy bueno, estoy impaciente por leer lo que sigue.

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  2. Tengo curiosidad por el nombre godo de la Bética. Claro que es un poco de lío todo, porque toda la Península Hispania, y la capital de la Bética, Hispalis. Sí que eran complicados estos romanos.

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  3. Paciencia, poco a poco estarán todos. Y, sí es un poco lío la Historia, sobre todo si la basamos en fechas y batallas yy no en el porqué de las cosas.

    Un beso, Alberto.

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